
Tras la Segunda Guerra Mundial, los diners dejaron su emplazamiento original y se expandieron, ocupando las transitadas autopistas, sirviendo apetitosos desayunos de la mañana a la noche. Aquello coincidió con el gran desarrollo económico de los años cincuenta, el florecimiento de la televisión, la sociedad de recreo y el interés por los viajes espaciales.
De ese modo, el diner se consolidó como punto de encuentro de un público más amplio. La estética de los diners se adaptó a los tiempos: los nuevos materiales, las comodidades tecnológicas –como el aire acondicionado-, y un diseño atractivo para una juventud cada vez más motorizada, hicieron el resto.
American Graffiti recrea ese mismo espíritu juvenil, con un cuidado servicio para toda la familia, y un menú tradicional. Todo ello acompañado por la mejor música americana de aquellos años, desde el swing al rockabilly, desde Cole Porter a Elvis Presley. En definitiva: ¡Bienvenidos a otra época!
American Graffiti recrea ese mismo espíritu juvenil, con un cuidado servicio para toda la familia, y un menú tradicional. Todo ello acompañado por la mejor música americana de aquellos años, desde el swing al rockabilly, desde Cole Porter a Elvis Presley. En definitiva: ¡Bienvenidos a otra época!
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